23 mar 2014

Bibliotecología: una carrera que garantiza salida laboral

El rol del bibliotecario se potenció con las nuevas tecnologías


LA DIRECTORA DE LA CARRERA DE BIBLIOTECOLOGÍA, NORMA MANGIATERRA, Y LA VICEDIRECTORA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA, LORENA MIRANDA. “LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS POTENCIARON LA PROFESIÓN”, DICEN
LA DIRECTORA DE LA CARRERA DE BIBLIOTECOLOGÍA, NORMA MANGIATERRA, Y LA VICEDIRECTORA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA, LORENA MIRANDA. “LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS POTENCIARON LA PROFESIÓN”, DICEN 



Las nuevas tecnologías no sólo no mataron al libro, como muchos vaticinaron en su momento, sino que potenciaron el rol del bibliotecario. A tal punto que dentro del universo de carreras que dicta la Universidad Nacional de La Plata, la licenciatura en Bibliotecología se encuentra hoy entre las cinco que tienen salida laboral “garantizada”. 

La demanda de profesionales supera ampliamente la oferta, un fenómeno que reconoce sus causas en el gran abanico de posibilidades de trabajo que ofrece la disciplina y en su baja matrícula a raíz del desconocimiento que existe acerca de su existencia. 

Lo cierto es que cada vez que un usuario busca y encuentra información de empresas privadas, ministerios y dependencias del Estado, facultades, y en los repositorios digitales, por mencionar un puñado de sitios, detrás hay un bibliotecario. Y también detrás de un mostrador, porque la atención personalizada y la cultura de servicio son parte medular del plan de estudios. “Todavía hay quienes piensan que los libros o documentos aparecen en internet por generación espontánea. 

Pero detrás de la organización de esa información hay un bibliotecario, quien además trabaja para que el usuario acceda de la forma más rápida y efectiva al material que requiere”, realza la directora de la carrera de Bibliotecología y de la Biblioteca Pública, Norma Mangiaterra. 

Acerca de la baja matrícula que tiene la carrera que se dicta en la facultad de Humanidades, en la que se apuntan entre 70 y 80 alumnos al año que no llegan “de ningún modo” a satisfacer la creciente demanda laboral, Mangiaterra comenta que “persiste una cuestión cultural, es una disciplina no reconocida a nivel social, a punto tal que si te preguntan a qué te dedicás y decís que sos bibliotecario te responden ‘ah, prestás libros’”, dice sonriendo. 

“CADA VEZ MAS JOVENES” Tras indicar que la figura de la mujer “con anteojos y rodete” que entregaba libros a quienes iban a pedirlos personalmente es poco menos que medieval si se tiene en cuenta que los profesionales hoy han ganado un amplio terreno incluso en las áreas de la investigación, la directora de la carrera apunta -respecto al estudiantado- que “cada año, cuando recibo a los ingresantes, noto que va bajando la edad promedio. Ahora debe estar en los 20 años”, afirma. 

“Antes era la segunda carrera”, confirma la licenciada Lorena Miranda, vicedirectora de la Biblioteca Pública, la más grande de la Ciudad, y recuerda que al salir del secundario dudó entre estudiar Bibliotecología e Historia, hasta que se decidió por la primera. 

“Me apasionó; no podés imaginarte de qué se trata hasta que no empezás a cursar. Tenés que adaptarte permanentemente a los cambios, porque el usuario va cambiando. Hoy, aquí atendemos diariamente a personas por chat y por las redes sociales, y pueden estar en cualquier lugar del mundo. 

Los vamos guiando, los asesoramos”, apunta para remarcar que “ese camino que los ayudamos a recorrer, primero tuvieron que construirlo las bibliotecarias de la institución. Y lo mismo ocurre en todos lados”, enfatiza. Luego de apuntar que “el bibliotecario, por su formación, va guiando al usuario con rigor intelectual, es decir que lo conducirá siempre a encontrar material confiable”, Mangiaterra subraya: “El servicio en línea, las nuevas tecnologías, potenciaron la cantidad de usuarios y jerarquizaron la profesión. 

Pero esa nueva realidad no se contradice con la biblioteca-edificio, y allí apareció una nueva función, como la de reorganizar los espacios de las bibliotecas. Hoy existen, como siempre, salones de lectura silenciosa, pero también otros para trabajar y estudiar en grupo. 

Es algo que ha crecido a partir del requerimiento de los universitarios”, cuenta la especialista. Hace poco más de 60 años, la carrera se dictaba en la Biblioteca Pública de Plaza Rocha con el objeto central de capacitar a su personal. Hoy todo es distinto. 

COMO ES LA CARRERA “Con el boom del conocimiento y la información que se operó en los años ‘90 hubo un cambio sustancial”, aseveran las profesionales, para añadir que ese cambio “terminó de plasmarse en el 2004 con la aprobación del nuevo plan de estudios. Hoy la carrera es de 5 años y tiene dos orientaciones, profesorado y licenciatura”. 

Existe un tronco común de 3 años, al cabo del cual los alumnos obtienen el título de Bibliotecólogo. “Como tienen mucha salida laboral, comienzan a retrasarse en los estudios. Por eso estamos trabajando en promover la continuidad de la formación a través de mayores bandas horarias, tutorías y otras herramientas”, dice Mangiaterra. 

Es que desde la gestión integral de una biblioteca, el desarrollo de colecciones y la confección de bases de datos de texto completo -trabajando codo a codo con informáticos-, el campo de acción del bibliotecario en la actualidad es “amplísimo”. Tanto, que según fuentes de la UNLP quien pisa las aulas de Humanidades para estudiar esa carrera “ya tiene empleo asegurado” al mismo nivel que los analistas de sistemas, ingenieros en general, ingenieros agrónomos y licenciados en administración. 

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Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20140323/Bibliotecologia-carrera-garantiza-salida-laboral-laciudad5.htm

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