25 jul 2009

Guía para estimular la lectura en los niños


Guía para estimular la lectura en los niños

La lectura enriquece profundamente el alma de un niño. Un buen libro no sólo hace crecer al hijo y lo engrandece, si no que su espíritu vuela con él. Entonces, ¿Cómo aficionar a un hijo a la lectura? ¿Qué libros son los apropiados… y cuáles no?

La infancia es el punto de partida para esa carrera sin fin que es la lectura: la afición lectora nace entre los 8 y los 11 años. La familia cumple un rol básico en ese despertar, y en el cultivo posterior de ese hábito lector.

El hogar es el lugar privilegiado para despertar en el niño su interés por la lectura. Pero así como éste puede morir por falta de estímulo y ejemplo -padres que no leen o que no llevan libros a la casa-, también puede ahogarse por exceso de cuidado: constantes correcciones e interrogaciones sobre la lectura, órdenes como ¡apaga la tele, y anda a leer un rato!, o dar a leer algo inapropiado para la edad, sexo y circunstancias.

“Es una lástima -escribió Winston Churchill- leer un libro demasiado pronto en la vida. La primera impresión es la que cuenta y, si ella es ligera, acaso sea todo lo que pueda esperarse de esa lectura”.

Para no adelantar lecturas ni imponer los gustos propios, hay que conocer muy bien al hijo para orientarlo convenientemente, y, dentro de ciertos márgenes, dejarlo elegir sus propias lecturas.

A su hijo le puede encantar la aventura, pero, quizás, no tiene capacidad aún para Colmillo Blanco.

Su hija puede ser gran lectora, pero de cuentos de hadas. No está todavía preparada para gozar con ese libro de poesía que para usted fue su tesoro en la infancia.

Pesadillas y La Calle del Terror son muy atractivas para quien prefiere los libros de terror, pero, en ese género hay literatura de excelente calidad preferible a los comerciales libros de Stine.

Usted cree que “no será nunca un gran lector”, pero si se devora Mampato, ¡excelente!, con el tiempo ya cambiará los comics por prosa de más calidad.

“Para aprender a leer y disfrutar de la lectura -nos lo dice nuestra Nobel de Literatura Gabriela Mistral-, no importa de dónde se parta. Lo importante es establecer el vínculo entre el niño y la palabra escrita; una vez establecido éste, sus apetitos lógicos lo llevarán a explorar horizontes más amplios”.

La variedad de géneros y, dentro de éstos, de autores, colecciones y temas parece dificultar la elección del libro más adecuado para un hijo. Sin embargo, esta abundancia de títulos debe facilitar la tarea de los padres.

¿Qué hay que considerar? Por un lado la edad, sexo, nivel lector y aficiones del hijo; por otro, los géneros literarios que pueden captar su interés y los títulos y las colecciones de calidad que ofrece el mercado.

A cada cual, según su gusto e interés.

Cuentos fantásticos:

Para la doctora en Literatura Moderna y Contemporánea (U. de Navarra) M. Teresa Arregui, el libro abre la imaginación del niño, desarrolla su creatividad y aporta mucho a sus juegos: “Me preocupo de que estén bien escritos, bien puntuados, con un lenguaje más elevado que el de ellos, no demasiado coloquial. Y, por eso, elijo editoriales que me merezcan confianza, como Barco de Vapor, Norma, SM -que los clasifican adecuadamente para la edad. Alfaguara que publica, entre otros, los premios C. Andersen, o Rialp Junior. A la hora de elegir, valoro también las ilustraciones, pues, así, se va formando el gusto por la belleza”.

Historia:

Se encuentran excelentes libros basados en la historia, vidas de santos, reyes, héroes… que amplían el mundo infantil. Las historias bíblicas también fascinan a los niños de esta edad. En el caso de las leyendas, M. Teresa Arregui señala que es importante que estén bien adaptadas y no requieran de la permanente ayuda del adulto para entenderlas, pues de lo contrario, los niños abandonan su lectura. Y existen también muy buenos libros sobre el mundo, la naturaleza, etc. muy atractivos para ellos.

Poesía:

A esta edad, dice M. Teresa Arregui, se puede hacer una iniciación hacia la poesía con la lectura de poemas cortos y claros, como rondas, rimas y adivinanzas, pero no conviene indisponer contra un género que requiere de mayor madurez y conocimiento, dando a leer poesías antes de que se pueda disfrutar realmente de ellas.

Románticas:

En este género, hay series que han constituido la pasión de generaciones de niñitas -como Emilia, Ana- y no debe temerse a que luego lean sólo “novelitas rosas”, pues lo importante es que se desarrolle el gusto por la lectura. Luego vendrán las obras de mayor calidad: de Emilia, se pasará a Jane Eyre.

Aventuras:

En la literatura infantil, predominan libros de aventuras protagonizadas por niños. Estos son muy importantes para su formación, pues percibe las distintas respuestas de él o los protagonistas a diferentes situaciones. Descubre los valores e intereses que guían sus acciones, y se convierten, así, en un nuevo modo de vivir y aprehender la realidad y de ir formando su sistema de valores personales. La aventura, como nexo entre literatura y vida, da respuesta a muchos porqués y, a través de ella, el niño interpreta el mundo y se conoce a sí mismo.

Misterios:

El niño que vive en un mundo audio-visual por lo general, tiene poco vocabulario y leer le supone un esfuerzo adicional, explica M. Teresa Arregui. Para que el libro no se transforme en una tortura, es fundamental que trate sobre temas interesantes, que lo atraigan. Por eso, les gustan tanto los libros en los que hay un misterio por resolver o aquellos en los que sus protagonistas viven increíbles aventuras. “Que primero sean “ávidos” lectores; luego, ya mayores, escogerán solos literatura de buen nivel”, señala M. Teresa Arregui.

Novelas de terror:

A pesar de la crítica desfavorable de los expertos y de los temores de los padres, este mini subgénero se lee con fruición por los niños desde los ocho años. Los millones involucrados en sus ventas se deben, en cierto modo, a la publicidad de sus colecciones, sus títulos llamativos, -”Chantaje mortal”-, el diseño de sus portadas -con cuchillos ensangrentados o adolescentes en peligro-, sus llamados desafiantes: “no lo leas por la noche” o “te pondrá los pelos de punta”, y, a los rasgos de estos relatos. Los protagonistas son dos o tres años mayores que los lectores, lo que a los niños les convence, los adultos están ausentes o tienen un papel secundario, surge un misterio en el que se ven involucrados, y provoca un miedo controlado. Es decir, quieren sucesos espantosos, pero existen las herramientas o medios para enfrentarse a ellos. En otras palabras, la estructura se asemeja a las que empleara la exitosa Enid Blyton, pero, esta vez, con los ingredientes extras necesarios para captar a un público empapado de cine y televisión.

“Pese a las apariencias, -señala Luis Daniel González, en “El éxito de las novelas de terror para niños”- la mayoría de estos relatos son inocuos e incluso ingenuos: da igual llenar la imaginación con monstruos tecnológicos que con ogros y brujas medievales”. No hay que olvidar que la abuela de Caperucita es devorada por el lobo, a Blancanieves la envenena su madrastra y Pulgarcito es descuartizado por el ogro. Desde siempre los educadores han visto con buenos ojos encauzar los miedos infantiles a través de la ficción. Giani Rodari, en Gramática de la Fantasía, señala que el niño puede “jugar a tener miedo”: se asoma al peligro con la certeza de que no le pasará nada. (No confundir con la pedagogía del terror, que puebla la mente de los niños con monstruos y amenaza con el viejo del saco).

Si bien algunos expertos le niegan la calificación de literatura infantil o juvenil, otros los defienden por el mérito de atraer al lector: “no sirven los excelentes libros que nadie lee”. Por eso aunque existe el peligro de que se convierta luego en un adulto que no salga de los thrillers o de las novelas rosa, también puede ser que, a través de ellos, descubra el gusto por la lectura y luego se interesen por libros mejores. Por eso, más que descalificar a priori, hay que ser cuidadoso en la elección.

Comics:

Los comics o historietas, con su mezcla de dibujo y texto y con sus personajes ficticios que llevan al niño a ver la vida desde otra perspectiva, tienen tal magia y fuerza que los atraen irresistiblemente. Muchas veces serán la vía de entrada al mundo de los libros y de la lectura, pues los niños que empiezan leyendo comics luego pasan a ser lectores de otros géneros, como la novela. Además, el hecho de ofrecer historias “por entrega” (continuará…), mantiene cautivo al lector y lo impulsa al coleccionismo. Pero, a pesar de sus bondades, hay que saber ir ofreciendo simultáneamente, otros géneros para profundizar o mejorar el hábito lector.

A muchos padres les preocupa que sus hijos lean comics, pues piensan que no son verdadera lectura. Lo cierto es que los hay de gran calidad artística y literaria, mientras que otros deforman el gusto del lector por su texto y dibujos. Como en cualquier otro género literario, la calidad es diferente en unos y en otros, y no se pueden rechazar todos los cómics porque muchos sean basura.

¿Cómo estimular la lectura en los hijos?

Responde M.Teresa Arregui, doctora en Literatura, madre de hijas de 7, 5 y 2 años:

- Leerles todas las noches -incluso hasta muy mayores- sin exigencia de ningún tipo y sin temor de que repitan siempre las mismas historias.

  • - Leer bien (pausas, suspenso) con entusiasmo, dramatizando y en un ambiente grato. Estar dispuesto a constantes interrupciones: ¿Qué significa? ¿Por qué? ¿Quién es?
  • - Hacer del momento de la lectura la hora familiar por excelencia: el niño en pijama, la mamá sobre la cama, la casa en calma…
  • - Y, por supuesto, moderar los panoramas y saber apagar la televisión. Porque si está todo el tiempo ocupado, ¿cuándo lee? ¿Cómo aprecia la magia de la lectura?

¿Por qué hay que estimular a los hijos a leer?

“Porque es un placer y porque se enriquece el mundo interior. El libro permite vivir miles de vidas diferentes, en distintas épocas, en lugares que quizás nunca conoceremos, pero en los que, de algún modo, vamos a estar. Además, desarrolla la capacidad de expresión y de redacción, aumenta el vocabulario, la memoria y la comprensión.

¿Por qué niños que fueron lectores en la niñez de pronto dejan de leer?

Yo recomiendo a los padres “Como una novela”, de Pennac, que explica de forma sencilla y amena, por qué se produce esa ruptura y cómo evitarla.

OJO

11 pasos para volar con los libros:

  1. Antes de que el hijo sepa leer, permítale recrearse mirando las ilustraciones de un libro.
  2. Desde pequeño, cuéntele cuentos y recítele rimas.
  3. Nunca fuerce a leer a un hijo.
  4. Seleccione muy bien lo que le ofrezca para leer, valorando las buenas ilustraciones que ayudan a formar el gusto por el arte y por lo bello.
  5. En la familia, dé ejemplo diario de lectura.
  6. Conozca qué lee su hijo y coméntenlo con él.
  7. Sepa los gustos de su hijo y en lo posible, respételos.
  8. Vaya con su hijo a librerías y bibliotecas y anímelo a hacerse socio.
  9. Permítale armar su biblioteca personal, dándole un espacio apropiado para ello.
  10. Compre libros, considerándolos como un gasto fundamental en la educación de su hijo.
  11. “Queremos que el libro conquiste al niño”.

La Fundación Barnechea, a través del Proyecto de Lectura, ofrece una asesoría a los colegios, que incluye cursos de perfeccionamiento a los profesores, diagnóstico de lectura a los alumnos, asesoría para armar una biblioteca, (compra de libros y capacitación de bibliotecario) y variadas actividades para promover la lectura en los niños.

“Queremos conquistar al niño, no imponer la lectura”, señala Eliana Errázuriz, a cargo del proyecto lector en 20 colegios municipalizados y particulares subvencionados. “Por eso es que lo dejamos elegir libremente su lectura, con una orientación del profesor o del bibliotecario que conoce su capacidad lectora: un niño de 5° básico que ha leído muchos clásicos -Grimm, Andersen…- puede leer libros de gran calidad que otro tendrá que leer en octavo, porque no está acostumbrado a moverse entre personajes, tiempos y lugares. No hay que encasillar a los niños por edades: un libro puede encantar a un niño y a otro, de su misma edad, aburrir por difícil; y a un tercero le puede parecer demasiado fácil. No es cuestión de edad, sino de hábito lector, capacidad, lenguaje, comprensión…”

¿Qué ofrezco para leer a mi hijo?

Clásicos:

Los cuentos de los hermanos Grimm y de Hans Christian Andersen son excelentes para iniciar al niño en los símbolos universales de la literatura.

Biblioteca Billiken (Ed. Atlántida) tiene la colección “Grandes obras de la literatura”, en la que figuran, entre otros:

- Heidi, Juana Spyri.

- Corazón, Edmundo de Amicis.

- Oliver Twist, Charles Dickens.

- La Cabaña del Tío Tom, Enriqueta Stowe.

- El Príncipe y el Mendigo, Mark Twain.

- Papaíto Piernas Largas, Jean Webster.

- Las Minas del rey Salomón, Henry R. Haggard.

- La Vuelta al Mundo en Ochenta Días, Julio Verne

Romántica:

- Ana de las tejas verdes, Lucía Montgomery (Pehuén).

- Nuestras Sombras, Teresa Budge (Andrés Bello).

- La colección de Emilia, Lucía Montgomery (M.C.).

- Jane Eyre, Charlotte Bronte.

- Mi pequeño Lord, y Princesita, de Frances Hudson B.

- Las colecciones de Enid Blyton: Torres de Malory; Las Mellizas O’sullivan y Elizabeth. (Ed. Molino)

- Todo lo de L.M. Alcott: Mujercitas, Hombrecitos, Aquellas mujercitas, Ocho Primos.

- Las gemelas de Sweet Valley, Francine Pascal, Ed. Molino (Sólo serie morada; no las de la Escuela superior).

Aventuras:

- Elige tu Propia Aventura (Atlántida).

- Un día en la vida de… (Zig- Zag).

- Marcelino Pan y Vino, J.M. Sánchez Silva (Andrés Bello)

- Sin Familia, y En Familia, de Hector Malot (Andrés Bello).

- Tom Sawyer, Mark Twain (Andrés Bello)

- Mi Querido Enemigo, Jean Webster

- Azabache, Anna Sewell (Andrés Bello).

- El Corsario Negro, Emilio Salgari. (Andrés Bello).

- Colección de aventuras de Enid Blyton (Ed. Molino).

Misterios:

- Club de los Canguros, Francine Pascal (Ed. Molino).

- Tom y Liz, Eric Wilson (Ediciones S.M.).

- Colección de Misterios de Enid Blyton (Ed Molino).

- Torre de Papel (Norma) y Barco de Vapor (SM Ediciones) tienen algunos títulos muy buenos. Están clasificados por edades, pero no hay que guiarse por la edad cronológica del niño, sino por su capacidad lectora.

- La Mochila de Astor: tiene excelentes títulos y todos son confiables, pero sólo están en la librería Proa.

Cómics:

- Donald, Tribilín y otras del estilo: defienden valores como la familia, la autoridad y la justicia. De 6 a 13 años.

- Mampato: mezcla de fantasía e historia vividas a través de un niño chileno, Mampato, quien viaja por el tiempo y el mundo. Desde los 8 años.

- Asterix: Historia y situaciones cómicas de Asterix y el pueblo galo. Desde los 11 años.

- Superman, El hombre araña, Batman, Superman y otras: héroes fantásticos del mundo moderno. Desde los 11 años.

- Tin – tin: Héroe que viaje por el mundo como reportero. Desde los 13 y adulto.

- Mafalda: Adultos. Revela el complejo mundo de América latina.

- Carlitos: Adultos: Niño frustrado que se pregunta por el sentido de la vida.

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