20 feb 2008

A la búsqueda de trabajo: cinco claves para ser el empleado perfecto

Una licenciatura, algún que otro máster o un flamante MBA en el bolsillo, nivel alto de inglés u otras lenguas, manejo habitual de las nuevas tecnologías...

A la hora de buscar un empleo, los títulos que acreditan la formación académica de un candidato tienen mucho peso en su curriculum, pero eso no es todo lo que reclaman las empresas, si se aspira a puestos de cierta responsabilidad.

Además de eso, buscan cada vez más un perfil de trabajador que se ajuste a lo que mandan los nuevos tiempos, con factores tan determinantes como la globalización empresarial o la formación continua dentro de las compañías.


Títulos sí, pero con talento

Algunas competencias muy definidas distinguen a unos trabajadores de otros, unas aptitudes muy a tener en cuenta cuando comienza la búsqueda de un primer empleo. Así lo asegura un informe de la consultora de Recursos Humanos Hay Selección, un estudio del que se extrae una clara conclusión: títulos sí, pero acompañados de talento. Es precisamente este talento el que las empresas se empeñan en encontrar.


Lealtad al equipo

Iniciativa, afán de superación, lealtad al equipo de trabajo al que se pertenezca y a sus proyectos, manejo de las nuevas tecnologías y, por supuesto, no tener ningún miedo al cambio.La búsqueda de la estabilidad laboral ya no se contempla como una premisa del trabajador 10, sino que a quien antepone esta condición a su evolución progresiva dentro o fuera de la misma empresa que le contrató se le considera, simplemente, un comodón sin demasiadas miras, algo que las nuevas compañías no están dispuestas a permitir.


Crecimiento personal

Las organizaciones también ven con muy buenos ojos a un empleado que muestre un alto nivel de confianza en sí mismo, en su equipo y en nuevos proyectos que tenga entre manos, que imprima una fuerte pasión a sus cometidos y que tenga muy claro que aspira a tener una vida equilibrada, con una marcada orientación al crecimiento personal.

El empleado que calienta la silla durante horas y horas sin importarle demasiado cuándo regresará a casa responde en la actualidad a la imagen de un trabajador trasnochado, fuera del mercado. Pero si se valora esa orientación al crecimiento personal del empleado, no menos su orientación a las oportunidades laborales que se le puedan plantear, dentro o fuera de la compañía. Pero no hay que confundirse, porque las bazas que en un determinado entorno empresarial pueden traducirse en un talento eficaz y rentable, en otra compañía es posible que no den el mismo rendimiento o, al menos, que no sea tan positivo como en otro ambiente profesional.


Gestión eficaz del tiempo

Ya no se trata de dar la vida por la empresa, entregando todo el tiempo del mundo a la compañía que nos ha contratado, sino saber gestionar ese tiempo de trabajo de la forma más eficaz para, de ese modo, sacar el mayor rendimiento posible a nuestra profesión.


Mayor rendimiento

Estas son algunas claves del candidato ideal a un puesto de trabajo, unas claves que, según indica el informe de la consultora, hacen que quien las reúna pueda tener una diferencia de rendimiento con sus compañeros desde el 50 al 150 por ciento, dependiendo de la complejidad del puesto que ocupe. Claro está que quien logre demostrar que posee todas estas condiciones o capacidades, se habrá hecho merecedor del tan buscado talento que reclaman los contratadores empresariales.

La mayoría de las veces ese talento o conjunto de capacidades que distinguen como ideal a un empleado no se aprenden en la etapa de formación académica, sino que se labran en el tiempo en que uno comienza a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. Por eso es importante, antes de lanzarse a la búsqueda de un primer empleo, saber qué es lo que valoran las empresas y después, conseguido el puesto, definir y mejorar ese conjunto de capacidades en pro de una mejora profesional.

Para ello, los que alcanzan puestos de dirección reclaman ser cuidados por parte de sus empleadores con una formación continua que garantice su crecimiento tanto personal como laboral. Según el citado informe, ésta es una de las claves más importantes para saber retener el talento dentro de la compañía, aunque las empresas también tienen que poner de su parte y ser capaces de retribuir adecuadamente a los candidatos que lo posean.

Fuente: http://www.eleconomista.es

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