4 ago 2015

Las bibliotecas públicas del futuro

Por: Gabriel M. Otolora




La existencia de las bibliotecas públicas es uno de los mayores aciertos como foco cultural y centro de ocio para mayores y pequeños. En pleno periodo de vacaciones, el papel de las bibliotecas coge impulso, como ocurre en los periodos de exámenes. 
Son muchos usuarios los que dicen que en el futuro la biblioteca será digital, pero luego no pueden vivir sin el libro de papel. Y de hecho, la lectura profunda se realiza de mejor manera en papel que en la distracción de la tinta electrónica sin contar con que todavía es escasa la cantidad de libros especializados disponibles en formato electrónico.
Pero lo cierto es que la biblioteca actual tiene un reto a no muy largo plazo para tratar de sacar el máximo provecho de las tecnologías y los servicios online hasta convertirse en expertas en su uso y dinamizar sus aplicaciones como valor añadido al joven usuario educado entre bytes que ya está entre nosotros, más allá de la creciente demanda del uso de enchufes para conectar sus dispositivos móviles y la contraseña wifi.
Por otra parte, el uso de tecnología no significa que el trato humano de las bibliotecas tenga que desaparecer. De hecho, la tecnología puede hacer que las bibliotecas se muestren más humanas y cercanas, por ejemplo con el uso de las redes sociales. 
Tampoco deben perder la posibilidad de la movilidad y estar allí donde se encuentre el usuario, a través de aplicaciones móviles o facilitándole el uso del carné electrónico de la biblioteca. Las bibliotecas son más que libros y lectura, son agentes dinamizadores de acciones culturales e intelectuales.
Parece sensato que sus instalaciones deban abrirse a ser espacios de encuentro, socialización, participación, intercambio cultural y diversidad. Deberán convertirse en el centro de la comunidad, de actividades sociales, de formación, creatividad, ocio cultural, etcétera, además de mantenerse como espacio idóneo para el estudio. 
Junto al préstamo electrónico, incluido el préstamo electrónico a distancia, las bibliotecas del futuro próximo deben responder a las necesidades, demandas y expectativas de las generaciones de lectores más jóvenes como tema fundamental en un contexto de cambios radicales en las prácticas informativas y de lectura que las nuevas generaciones nos demandan de manera radical.
¿Desplazará la tecnología de libros virtuales a los libros impresos? ¿Cuál será el estilo de trabajo de los bibliotecarios del futuro? ¿Se acertará en el nuevo valor añadido ante el reto de la salvaguarda de sus haberes culturales en anaqueles frente que esos mismos contenidos se encuentran disponibles para los usuarios, con solo dar un click? Ya se verá, pero mientras tanto, vaya mi agradecimiento desde aquí al servicio impagable prestado hasta ahora por las personas bibliotecarias desde esas bibliotecas públicas que han irradiado cultura y proporcionado cultura a quienes no tenías medios para comprarla además de espacios de estudio, y cuyo trabajo creo que no ha sido suficientemente valorado, empezando por quien suscribe esta reflexión. Estoy seguro que esas personas serán las dinamizadoras adecuadas de las nuevas oportunidades culturales en torno a las bibliotecas.

Fuente:http://www.diarioinformacion.com/opinion/2015/08/01/bibliotecas-publicas-futuro/1661579.html

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