7 sept 2009

El libro electrónico


Estoy deseando que el libro electrónico tenga éxito. Y creo que, dada la vida hoy en día, lo tendrá… aunque tampoco las tengo todas conmigo. Pero, por lo pronto, le veo muchísimas más ventajas que inconvenientes. Demos un pequeño repaso a las primeras:

  1. Espacio: Cada vez que compro o me regalan libros tengo que buscarles acomodo. Seguro que no soy el único que mira las estanterías tratando de imaginarlas como un sucedáneo del Tetris: este libro, si lo pongo tal que así, ¿cabrá en ese hueco?. El espacio es un bien preciado para los lectores empedernidos. Y si además le gusta el cine y el comic, ya ni les cuento. Más teniendo en cuenta los tamaños y precios de las viviendas.
  2. Conservación: El segundo se da en lugares que, como Coruña, sufren o disfrutan (elijan lo que prefieran) un permanente alto de grado de humedad (aquí, en media, suele ser de un 80%… más teniendo en cuenta de que la ciudad está casi rodeada de agua). Y es que la humedad es uno de los principales enemigos del papel, sobre todo de los muy porosos y de mala calidad, así que cada vez que veo algún libro con las páginas teñidas de ese amarillo sucio mi cerebro me susurra: libro electrónico, Ferre, libro electrónico. Esas manchas son un segundo argumento muy válido (por cierto, yo, por mucho que limpio y aireo los libros, no consigo deshacerme de ellas… ¿alguno de ustedes lo ha logrado?).
  3. Biblioteca transportable: No me digan que no es una ventaja el, por ejemplo, poder llevarse los libros de viaje… sobre todo si, como yo, leen varios a la vez. Les supongo plenamente conscientes de que los libros pesan lo suyo (todavía recuerdo con horror unas cuantas mudanzas). El libro electrónico subsana todo ello con sólo incrementar la memoria, un elemento no deja de aumentar; de hecho en el futuro a medio plazo los discos duros tienen las horas contadas frente a las memorias flash.
  4. Anotaciones y comentarios: El libro electrónico permite hacer anotaciones y marcar palabras, líneas o párrafos sin estropear el libro, tratando estos elementos como si fueran capas de una imagen. Esto es muy importante en textos educativos, ensayos o guías.
  5. Integración: Seguro que el libro electrónico seguirá la estela de integración por la que han pasado ya otros dispositivos. Sólo tienen que pensar en el triunvirato formado por el móvil, el reproductor MP3 y la agenda electrónica: ahora son un sólo aparato.
  6. Elementos de ayuda: Por supuesto, debe incluir ciertos paquetes básicos, siendo los diccionarios los más lógicos. Es más debería obligarse a que los dispositivos de este tipo vendidos en España incluyan, por ley, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Por supuesto, luego debería ser posible adquirir algunos de idiomas o temáticos. Otros elementos fundamentales serían un reproductor multimedia y un navegador de internet.
  7. Legibilidad: Durante mucho tiempo se le echo en cara al formato electrónico su mala legibilidad y su daño a los ojos al estar permanente enfrente de una pantalla similar a la de nuestros ordenadores. La utilización del papel electrónico ha echado por tierra esos argumentos, ya que proporciona una excelente calidad en todas las condiciones de luz, tiene un consumo energético muchísimo menor al de cualquier otro tipo de pantalla, ya que sólo gasta energía si se produce un cambio en el display y además el software incluido permite adaptar el tamaño de letra al lector, lo que es muy útil para una lectura cómoda adaptada a cada persona.
  8. Precio de los libros: Como en todo artículo de consumo, si se eliminan costes, éste ha de ver disminuir su precio. Aquí nos liberamos de dos componentes muy importantes: el coste físico del libro y los intermediarios (distribución y venta). Es algo parecido con lo que pasa con la música, aunque el coste físico en el caso de los libros creo que es superior.
  9. Protección del medio ambiente: Es evidente: si no hay papel, no hay necesidad de talar árboles. Ciertamente los elementos físicos del libro electrónico tendrán sus propios problemas ambientales (baterías recargables, plásticos,…), pero, sinceramente, creo que salimos ganado si tenemos en cuenta que en el futuro todos nuestros libros estarán en una simple tarjeta de memoria (bueno, de dos, ya que será conveniente tener una copia de seguridad).

Después de enumerar algunas de sus ventajas, vayamos con los problemas, que pueden resumirse en una sola palabra: industria. Esta palabra se traduce en diferentes problemas… vamos a hablar de ellos.

  1. Catálogo: Es indudable que para que el libro electrónico triunfe las editoriales deben ofrecer los libros de su catálogo para dicho dispositivo. Los de su catálogo y, lo que es obvio, también las novedades. No parece nada difícil, ya que imagino que gran parte de ese catálogo está informatizado (no tengo ni idea en qué formato, pero creo eso es irrelevante). Las editoriales españolas desde luego no se están dando mucha prisa en lanzar sus libros para lectores electrónicos. Supongo que están esperando a ver si se clarifica el horizonte, aunque no estando en la pomada desde el principio así se corre el peligro de no influir en las nuevas reglas de juego que regirán el futuro mercado. Entre otras cosas, eso les pasó a las discográficas y ahora les está costando un riñón adaptarse.
  2. Desaparición parcial del formato tradicional: Lo que también es indudable es que muchos títulos en formato tradicional (o sea, un libro como objeto físico) dejarán de existir. A mí esto no me produce ni el más mínimo problema. Y lo digo de corazón. Estén atentos a que he dicho “muchos títulos”, no todos. Ahora mismo me estoy leyendo Bailén, el cuarto de losEpisodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, y no veo diferencia alguna entre leerlo en papel o en libro electrónico. Otra cosa es echarle un vistazo a un libro de, por ejemplo, arte… por dos motivos: color y tamaño. El color se resolverá en un futuro cercano (no tengo dudas al respecto, sobre todo cuando los periódicos y revistas entre de lleno en el medio). En cuanto al tamaño… no cabe duda de que observar un una reproducción de Las Meninasde Velázquez en un libro de gran formato es muchísimo mejor que en un libro de bolsillo. Una idea que se me ocurre como solución fuera del libro tradicional sería tener un libro electrónico de gran formato para casa, adecuado a este tipo de obras, y otro normal, transportable, para leer en general.
  3. Precio del dispositivo: Bueno, esto es una desventaja en parte, ya que la introducción de nuevas tecnologías siempre se realiza a un precio alto, pero luego, si la gente compra los suficientes dispositivos, la economía de escala hará que, con el tiempo, el precio del libro electrónico sea más bajo y, seguramente, el del tradicional más alto (y eso que ya es caro). Actualmente los libros electrónicos andan entre 250 € y 500 €. ¿Qué importe puede ser el punto de inflexión de este dispositivo? ¿100 €, 200 €, 300 €?.
  4. Librerías: Por supuesto, las librerías tendrán que adaptarse al libro electrónico y, sinceramente, creo que tenderán a desaparecer. Es una lástima… pero en el mundo los negocios siempre han tenido que adaptarse, reconvertirse o desaparecer. Una posible reconversión podría ser incidir más en la parte de consejo, búsqueda de los libros e instalación en los dispositivos, aunque en este aspecto soy más bien pesimista. Las mismas editoriales dejarán bajar de sus webs 1 ó 2 capítulos para tratar de captar clientes.

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