19 sept 2009

El bibliotecario y la biblioteca en tiempos modernos

Por Lic. Ruperto Arce D. Joser.arce@gmail.com


Desde el advenimiento de Internet y las nuevas tecnologías de información y comunicación hablamos del impacto de estos medios en ciertas carreras profesionales, favoreciendo el desarrollo de algunas y propiciando la extinción de otras. Entre las carreras más afectadas mencionamos la del bibliotecario o bibliotecólogo, esto porque hoy día muchas personas prefieren buscar información y leer libros desde Internet.

El impacto de los cambios obliga a las personas y a las organizaciones a adaptarse diariamente. Los bibliotecarios y las bibliotecas tenemos que hacer lo nuestro y lo estamos haciendo. Estos profesionales y los entes en que laboramos, hemos dado un giro en aras de continuar siendo útiles y reconocidos por la sociedad. Antes los lectores visitaban las bibliotecas en espera de recibir ayuda que les condujera a localizar en libros, revistas o enciclopedias, la información que necesitaban; incluso se admiraba al bibliotecario o bibliotecaria que sabía de memoria las páginas del libro o revista que contenía la información que requeríamos en ese momento.

Viene entonces la pregunta: ¿Son necesarias las bibliotecas y los bibliotecarios hoy día?

No estoy seguro sobre la respuesta que estará dando usted, amigo lector; sin embargo, yo confirmo que las nuevas tecnologías e Internet han venido a favorecer y consolidar el trabajo que realizamos los profesionales de la información, bibliotecólogos, archivistas, comunicadores, documentalistas, etc.

Ahora las bibliotecas se centran más en la alfabetización informacional y el acceso a la información. Se habla de poseer solo la información estratégica; por ejemplo, una biblioteca pública de un determinado municipio, tendrá el deber de recabar, conservar y difundir la información que se produce en esa localidad, o la que se produce fuera pero que trata sobre el municipio; para los demás requerimientos del público la biblioteca tendrá que utilizar los nuevos instrumentos de acceso a la información.

Internet, lejos de desplazar a las bibliotecas, se ha convertido en la herramienta bibliotecológica por excelencia, en cuyo caso el bibliotecólogo se convierte en el guía que forma a los usuarios de la información en procura de hacerlos expertos en búsquedas de información. Antes se enseñaba a buscar información en un índice o en un diccionario; hoy se enseña a buscar en la aldea global. Internet posee mucha información, una parte es inútil y carece de rigor científico, otra parte es información útil a la sociedad. El bibliotecario se ocupa de que el lector aprenda a distinguir y valorar información en ese océano de bases de datos, blogs, bibliotecas digitales, redes sociales, portales de información y listas de discusión, entre otros.

El personal que labora en las bibliotecas se destaca por ser eficiente a la hora de localizar información validada, es decir aquella que cuenta con el aval de entidades reconocidas, que tiene respaldo editorial y proviene de autores o investigadores destacados. En otras palabras el bibliotecario ayuda a identificar en el mar de la información, como se ha dado en llamar a Internet, la información de calidad; transmitiendo las habilidades necesarias para hacer búsquedas de información en sitios y dominios reconocidos por su rigor científico, facilitando la discriminación de portales que no generan confianza.

Estos profesionales de la información nos consideramos poseedores de habilidades en la localización de grandes bases de datos que disponen de millones de artículos procedentes de revistas de impacto mundial o documentos de calidad que podemos ver en línea, para muestra un par de ejemplos, OAIster y el Directorio de acceso libre a revistas conocido como DOAJ por sus siglas en inglés; el primero de ellos posee más de 23 millones de documentos en línea, gratuitos y de calidad reconocida. El doble de lo que poseía la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en el año 1987. El segundo se caracteriza por poseer más de 4000 revistas gratuitas en línea.

Entonces no nos debe extrañar que resulte común hoy día oír en la jerga bibliotecológica hablar sobre bibliotecas virtuales, colecciones digitales, derechos de autor en documentos electrónicos, diseminación electrónica de la información, alfabetización informacional, etc. También resulta familiar el uso que las bibliotecas hacen de herramientas de la Web 2.0 para hacerse presentes fuera de las cuatro paredes del edificio que ocupa la biblioteca.

La supervivencia de las bibliotecas será efectiva en la medida que éstas se conviertan en sitios dinámicos, llenos de vida, con espacios flexibles, donde la gente se sienta motivada por el desarrollo de su propio conocimiento. Tendrán que ser lugares llenos de tecnología que faciliten el acceso a todo tipo de conocimiento, dentro y fuera de las cuatro paredes de la biblioteca. Finalmente algo que no podrá faltar será la figura del bibliotecario o bibliotecaria, alguien que disfruta el trato con la gente, abierto al cambio, con gran capacidad de trabajo interdisciplinario y muy bien informado; pero sobre todo muy estudioso de los requerimientos de los usuarios para generar servicios innovadores a la altura de los nuevos tiempos.

Fuente: http://www2.prensalibre.cr/pl/comentarios/9637-el-bibliotecario-y-la-biblioteca-en-tiempos-modernos.html

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